Cata y Lupe:
El martes, se cumple el tiempo…ese que nos trae, ese que nos dice que hay que seguir el viaje…
Cata y Lupe se jubilan, y es tiempo de cosecha, de agradecimiento por lo grandioso de lo cotidiano, por las presencias, las sonrisas robadas en momentos difíciles…
El agua buena, es mansa, suave. El agua buena, también es torrente sonoro, corre, agita, puede sentirse.
Cata y Lupe, son esos dos manantiales que atraviesan por nuestra Universidad, nos dan todo eso enorme que dan, cada tarde, cada recorrida.
Una pregunta sonora va a mantenerse entre los pasillos: El rezongue de Cata: “¿qué se va a servir?”, “¿toma allá o acá, no me ande por todos lados que no lo voy a seguir con el carro!”. Esa presencia custodia de Lupe, “¿quiere que le llene el termo?”, “¿la familia?”, “y esa despedida: “que pase una linda tarde”…
Andares que reflejan trabajos duros, historias no fáciles, y sin embargo, mantenidas como esos mojones generosos de la vida.
Los tiempos se cumplen, y las personas cumplen con los tiempos, sin quedar detenidos en ellos, son sus presencias que siempre nos permiten rescatar lo mejor para no precipitarnos en el desánimo…son formas “muy de Dios” de hacerse presente en medio de nosotros
Yo quiero pedirles a todos que en estos días que faltan, vayamos con un beso, de esos que agradecen, que reconocen, que quedan prendidos en el alma, ese mismo lugar donde también permanecerán ellas…
Gracias y disfruten mucho…”buena tarde”
Ignacio
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